Una enorme mancha de hollín presidía ayer por la mañana la fachada lateral de la comisaría provincial de Málaga, que presentaba, además, algunos cristales rotos por el calor. En la acera, un grupo de agentes de la policía científica con ayuda de una pequeña grúa buscaba huellas y pistas bajo una hilera de coches quemados. Eran los restos de cinco furgonetas y dos coches zeta -radiopatrullas- que durante la madrugada de ayer fueron literalmente devorados por las llamas en un incendio intencionado.
El fuego afectó a la fachada y los cristales del edificio policial
Sobre la 1.55, un hombre se acercó a la calle Conan Doyle, donde estaban aparcados los vehículos policiales en una zona de estacionamiento restringido por seguridad a los coches de la comisaría. Tras rociar los vehículos con un líquido inflamable, el agresor les prendió fuego. En pocos minutos, los coches, recién estrenados, se habían consumido sin remedio. El presunto incendiario actuó a cara descubierta a pesar de que el edificio policial, el más importante de toda la provincia, está vigilado en todo su perímetro por cámaras de seguridad.
El fuego afectó a la fachada y los cristales del edificio policial
Sobre la 1.55, un hombre se acercó a la calle Conan Doyle, donde estaban aparcados los vehículos policiales en una zona de estacionamiento restringido por seguridad a los coches de la comisaría. Tras rociar los vehículos con un líquido inflamable, el agresor les prendió fuego. En pocos minutos, los coches, recién estrenados, se habían consumido sin remedio. El presunto incendiario actuó a cara descubierta a pesar de que el edificio policial, el más importante de toda la provincia, está vigilado en todo su perímetro por cámaras de seguridad.